Cualquier persona con problemas de audición se ha hecho alguna vez esta pregunta: ¿lo normal es llevar dos audífonos o con uno ya es suficiente? El eterno dilema. Como casi todo en audiología, no existe una única respuesta a esta pregunta, pero intentaremos darte recursos para que puedas tomar la decisión con la que te sientas más cómodo y oigas mejor.

En general, es recomendable el uso de dos audífonos, porque el segundo audífono es el que nos aportará la escucha binaural (con los dos oídos), que es como oímos cuando no tenemos ningún déficit auditivo, y porque la adaptación al entorno sonoro con dos audífonos es un poco más fácil. Si recuperamos la audición binaural, mejoraremos la comprensión del habla y de las conversaciones de grupo. Por lo tanto, lograremos alcanzar el principal objetivo de la audiología: mejorar la comunicación.

La escucha con dos audífonos también proporciona un sonido más homogéneo, una audición equilibrada, que hará que aumente la calidad de los sonidos y, por lo tanto, que sea más fácil identificarlos.

Además, el segundo audífono aporta una mejor direccionalidad (o localización), lo cual ayuda a determinar la procedencia de los sonidos. Por eso, hay casos de personas que llevan un audífono en un oído en el que tienen pérdida total, para poder transmitir los sonidos que reciben por ese lado al otro audífono, al del oído más sano, y asegurarse así de que oyen todo lo que les rodea.

Sin embargo, en el caso de que uno de los dos oídos esté sano o prácticamente sano, el segundo audífono deja de tener sentido y te lo puedes ahorrar. Se calcula que cuando el déficit auditivo del oído con menor pérdida se acerca al 25%, es cuando empieza a ser recomendable el uso del segundo audífono.

También existe el caso concreto de algunas personas muy mayores para las que todos estos beneficios que aportan los dos audífonos no son relevantes, debido a su estilo de vida. A ellas tampoco les recomendaríamos el gasto de un segundo audífono de gama alta sino más bien dos audífonos de una gama básica para que simplemente no sufran de aislamiento y se sientan comunicados con el mundo en la medida de lo posible.

Y, como siempre te decimos, y lo repetiremos las veces que haga falta, la última palabra siempre la tienes tú. Tu propia experiencia es lo más importante, así que pídele a tu audioprotesista que te deje probar con un audífono y con dos, y escucha qué te pide el cuerpo.