La hipoacusia (pérdida auditiva) es un trastorno sensorial más común de lo que pensamos. La OMS estima que más del 5% de la población mundial (unas 430 millones de personas) padecen una pérdida de audición discapacitante y requieren rehabilitación. 

No todas las sorderas son iguales, cada persona tiene un grado y un tipo de hipoacusia y esto se ve plasmado en una audiometría tonal. Además dependiendo del nivel la habilidad cognitiva de cada uno, una misma pérdida auditiva puede crear más dificultad en una persona que en otra afectando a la comprensión del habla, llevando a cabo audiometría verbal podemos observar cual es la afectación en este sentido. En esta ocasión vamos a estar hablando de los grados de pérdida auditiva para que lo sepas identificar a la hora de visualizar tu audiometría.


Audición normal

Una audición normal se encuentra de 25 dB hacia abajo. Una persona con una audición sana debe poder escuchar e interpretar de manera natural los sonidos del ambiente, habla y lenguaje.

Pérdida auditiva leve

La pérdida auditiva leve se encuentra entre los 25 dB y los 40 dB. Este nivel de pérdida auditiva impide oír sonidos suaves como podría ser el habla en situaciones ruidosas, las voces lejanas, los susurros, el ruido de un aire acondicionado en funcionamiento o el sonido de un lápiz escribiendo sobre un papel. Cuando estamos delante de una pérdida leve, se pueden notar dificultades articulatorias en el habla y sobre todo en edades de adquisición del lenguaje.

Pérdida auditiva moderada/ moderada a severa

Los rangos en los que se encuentra una pérdida auditiva moderada son los siguientes:

  • Primer grado: 40 - 55 dB 
  • Segundo grado: 56 - 70 dB 

Por ejemplo, una aspiradora suena a unos 70 dB de volúmen. Una persona con este grado de pérdida auditiva tiene altas dificultades al entender una conversación a un volúmen del habla normal. A partir de este nivel de pérdida auditiva y sobre todo en etapas de aprendizaje se pueden comenzar a observar dificultades para articular correctamente, retraso en el lenguaje y falta de concentración.

Pérdida auditiva severa

Una pérdida auditiva severa se encuentra en estos baremos: 

  • Primer grado: 71 - 80 dB
  • Segundo grado: 81 - 90 dB

Para que nos hagamos una idea, el claxon de un coche suena a 90 dB y una calle con tráfico intenso suena a 80 dB. La persona que sufre de una pérdida auditiva severa no es capaz de comprender una voz a un volúmen normal pero reacciona a ruidos fuertes. En etapas de aprendizaje el habla es prácticamente inexistente y no se tiene control de la propia voz.

Perdida auditiva profunda

Los grados de pérdida de audición profunda son los siguientes: 

  • Primer grado: 91 - 100 dB
  • Segundo grado: 101 - 110 dB
  • Tercer grado: 111 - 120 dB

La sirena de la policía suena a 100 dB y el despegue de un avión ronda sobre los 120 dB. En este nivel de pérdida auditiva el habla no es percibida por el afectado, únicamente es capaz de percibir ruidos muy fuertes. Con una persona que sufre de pérdida auditiva profunda se puede valorar la posibilidad de un implante coclear y sin audífonos tiene que recurrir a la lectura de los labios y/o el lenguaje de signos.

Cofosis o anacusia

La cofosis se da cuando la persona no es capaz de percibir ningún sonido a partir de los 120 dB. El afectado que sufre de cofosis tiene que recurrir a la lectura de los labios y/o el lenguaje de signos, a un implante coclear o valorar la posibilidad de un sistema Cros si la hipoacusia es monolateral.

Esperamos que después de haber leído esta publicación, hayas aprendido un poco más acerca de cómo interpretar una audiometría.

Si nunca te han hecho una audiometría y crees tener un problema auditivo, ponte en contacto con un otorrino o un audioprotesista para que pueda valorar tu caso y en caso afirmativo ponerle remedio lo antes posible.