Es un ruido, sí, pero no es como los demás. Te gustará. Lo buscarás. Lo incluirás en tu vida, en cuanto descubras sus beneficios. Y es que  la peculiaridad del ruido blanco es que no deja pasar otros sonidos. ¿Alguna vez te has quedado dormido delante de un televisor sin sintonizar? Ahora entenderás porque no es tan extraño.

 

Los ruidos blancos son sonidos constantes y planos. Ninguna frecuencia suena más alta que otra porque todas tienen la misma potencia y sonoridad. ¿La principal consecuencia? Es fácil quedarse atrapados a ellos. Les ocurre a los bebés y a los demás, también.

 

Pero, si te sigues preguntando qué es el ruido blanco, lo mejor será encenderte algunos ejemplos para que los escuches.

 

  • El ruido producido por una tormenta.
  • El ruido natural de las olas del mar.
  •  El ruido de una cascada o, en términos más pequeños, de una fuente que no deja de brotar.

 

Ahora lo entiendes mejor, ¿verdad? Como ves, son ruidos blancos porque camuflan otros sonidos que pueden desconcentrarnos. Son como burbujas que nos aíslan de todo lo demás y nos producen un efecto placentero.

 

Una de las ventajas del ruido blanco es que son buenos aliados para conciliar el sueño

 

Muchas personas tienen serios problemas a la hora de dormir y por más que lo intentan, no lo consiguen. El insomnio se traduce en estrés, ansiedad y agotamiento. Gracias a los ruidos blancos, se puede frenar este ciclo y conseguir una mejor calidad en las horas de sueño. Sumergirnos en las ondas de estos sonidos nos ayudará a tranquilizarnos y a sentirnos a gusto cuando cerremos los ojos.

 

Además, el ruido blanco previene los sobresaltos y evita que la atención se focalice en un elemento externo concreto, motivo que muchas veces propicia estados de ansiedad.

 

Por otra parte, una de las recomendaciones para mitigar los molestos pitidos son los audífonos, porque pueden emitir un sonidos de este estilo, de modo que lo anulan enmascarando el acúfeno. Recordemos que los acúfenos o tinnitus son un fenómeno que consiste en la percepción de un sonido ininterrumpido que no procede de ninguna fuente externa. Se trata de una percepción auditiva subjetiva, porque los pitidos existen, pero solo dentro de la persona que los padece.

 

Pues bien, en el caso de los tinnitus, como los audífonos no pueden percibir el silbido que cada uno oye, la mayoría llevan incorporados un banco de sonidos del mar, de una cascada, de brisa o cualquier ruido blanco. Se trata de descubrir con tu audioprotesista cuál es el mejor sonido para tu caso e ir ajustándolo hasta dar con la frecuencia exacta.

 

Paralelamente, estos son algunos hábitos que te ayudarán a combatir las subidas puntuales del volumen de los silbidos: 

 

  • Evita escuchar música con auriculares y, si lo haces, pon un volumen bajo.
  • Mejor no acudir, por lo general, a sitios ruidosos, como discotecas.
  • Haz deporte, para reducir el estrés.
  • Si estás ocupado en algo, pensarás menos en los silbidos.
  • Intenta no beber alcohol: al día siguiente los acúfenos suelen estar más altos.
  • Procura no tomar quinina (en la tónica, por ejemplo), aspirina y antiinflamatorios, porque contienen sustancias perjudiciales para los tinnitus.

 

Por último, no queremos despedirnos sin servirte uno de sus ruidos blancos. Dale al play y cuéntanos tú mismo qué sientes al escuchar…